jueves, 15 de mayo de 2014

Juan Iñigo Carrera: nuestros problemas y nuestra lucha



Un nuevo agravio (y van…) acaba de sufrir el Profesor Juan Iñigo Carrera, y con él toda la docencia universitaria, en la malograda sesión del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales del martes 13 de mayo de 2014. Y decimos que es un uno más porque en la figura de Iñigo se condensan varios de nuestros problemas.

Primero, la inexplicable brutalidad del trabajo gratuito que bajo el eufemismo del Ad-honorem maquilla, sólo retóricamente, la condición más perversa del trabajo docente que es aquel que se hace gratis o, como establece la voz oficial, “por el honor”. Y Juan Iñigo Carrera fue profesor “Ad-honorem” por cinco años.

Segundo, la inestabilidad laboral que, ante la ausencia de una carrera docente, somete a un escrutinio feroz, que pone como premio el trabajo y la permanencia en el cargo, a aquellos que arman o forman parte de un equipo de trabajo, postulando la competencia en forma de concurso (¿entre iguales?) como el método para dirimir quién se queda y quién se va. Y Juan Iñigo Carrera armó una materia y formó a muchísimos estudiantes, muchos de los cuales son docentes y mantuvo ese trabajo por más de una década en condición “interina”, logrando además una cohesión llamativa en su grupo de trabajo (todo el equipo docente que viene trabajando con él lo acompaña, lo defiende y lucha). Cuestiones todas que tienen una gran importancia pero que no tienen lugar en las ponderaciones de las grillas que arman los jurados que en este escenario de concursos se muestran como leyes inmodificables.

Tercero, en el mismo sentido, el imperio de un reglamentarismo perjudicial para los docentes, seguido con vocación de iniciado por las distintas instancias de la Facultad, que niegan defensa alguna al escudarse en lo impoluto del concurso, de su procedimiento y sustanciación. Y Juan Iñigo Carrera pidió una ampliación del dictamen que lo despoja de su cargo, en la cual se responde, sólo parcialmente, a tres de los diez planteos hechos por él… Cuarto, la indignidad de proponer discusiones leguleyas o retóricas sobre la “supuesta” falsedad de hablar de un despido cuando, como en este caso se “mantiene la renta”. Cuestión que termina confesando la propia Dirección de la Carrera de Sociología al sostener que el salario del Profesor Iñigo Carrera (y la continuidad de una de las dos materias y de su equipo de cátedra) se mantendrá hasta su jubilación, cosa que las cesantías (otro problema de Iñigo y nuestro ya que él también figura en el fatídico listado de cesantes impuesto por la UBA) vienen a apurar. Vale aclarar que este “gesto” de la Carrera de Sociología se da como consecuencia de la baja de uno de los dos lugares que ocupa el Profesor Iñigo Carrera actualmente pero esta resignación de un espacio no debe nombrarse despido ¿Cómo deberíamos hacerlo?
           
Para terminar, la innecesaria demostración de poder del Consejo Directivo de la Facultad que se negó a cambiar “el orden el día” de una sesión que incluía el tratamiento del dictamen de la comisión de Concursos sobre el concurso de Iñigo Carrera. Poniendo su discusión como un tema más a pesar de la importante movilización de estudiantes y docentes que llenó el estudio de televisión del subsuelo de la sede de Santiago del Estero devenido, por decisión de las autoridades, en escenario del Consejo Directivo y del pedido expreso de los consejeros estudiantiles de que sea ese el primer tema a tratar. Negativa que también se hizo sobre el pedido de otorgar la palabra al comienzo de la sesión del Consejo al profesor Iñigo Carrera y a los docentes Pablo Rieznik y Pablo Nocera, como así también al Secretario General de la AGD UBA, Santiago Gándara argumentando que se cedería la palabra cuando se trate ese tema siguiendo el orden del día que lo ubicaba en el último puesto de las cuestiones a tratar por el Consejo. Otro agravio y van…

En la figura de Iñigo Carrera se juegan y se condensan varios de los problemas de los docentes universitarios, todas manifestaciones del trabajo precarizado que además resultan en un deterioro de la calidad académica: el trabajo Ad- honorem, la inexistencia de una carrera docente que evalúe el buen desempeño garantizando la estabilidad laboral a quienes lo han tenido, y la jubilación compulsiva, arbitraria y unilateral que impone la UBA en forma de cesantías. Todos temas de una agenda urgente, todos temas de nuestra lucha.
                                  

AGRUPACIÓN NARANJA de AGD Sociales en UNIDAD DOCENTE

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